El acceso a diferentes conocimientos y formaciones, el coste económico y la escasez de profesionales del gremio de la construcción, hacen que cada vez más, las propias usuarias se impliquen en la construcción de sus proyectos.
Algunas de las promotoras de proyectos que nos proponen quieren formar parte del proceso constructivo, por lo que acordamos cuáles serán las actuaciones de la obra que podrá asumir, definimos qué acompañamiento necesita; y según esta información diseñamos el proyecto adaptado a las capacidades técnicas y conocimientos de las autoconstructoras. Las obras son todas diferentes: en algunos casos hay una empresa constructora o albañilería con la que la promotora trabaja de manera conjunta, en algunos casos se dividen las tareas según especialidades… nuestro rol en la obra consiste en estar más presentes y poder ir resolviendo dudas y pensando en soluciones en equipo.
Creemos que ésta es una manera de trabajar muy enriquecedora que hace partícipe a todas las partes, permite mantener unos ritmos, y en todo momento, compartir conocimientos con las diferentes partes durante la obra.