El pueblo de Tuixent está situado en la falda meridional de la Sierra de Cadí, a unos 1225 msnm. Aquí encontramos Ca la Rosa, la casa familiar de Antònia y Rosa, donde guardan parte de su historia y muchos recuerdos. Las dos hermanas quieren mucho la casa tal y como está, pero necesitan hacer mejoras energéticas para poder habitarla durante las épocas frías. La climatología de Tuixent es bastante extrema, con una media anual de 7,2 °C, y llegando a menudo a temperaturas bajo 0.
Con este proyecto se quiere poner al día la vivienda en lo que se refiere a los requisitos de confort, actuando sobre aquellos elementos que permiten reducir las pérdidas del edificio. Rehabilitando energéticamente conseguimos reducir la demanda energética y aprovechar las energías renovables autóctonas. En este caso, después de realizar un estudio de las diferentes opciones, se optó por actuar en los siguientes elementos:
- Cubierta. La cubierta actual consta simplemente del acabado de tejas, las latas de soporte de las tejas y la estructura de vigas de madera maciza. El aislamiento es inexistente, además de que las infiltraciones de aire son múltiples, provocando corrientes de aire que disminuyen aún más la posibilidad de calentar el interior de la vivienda. Aislar la cubierta es primordial a la hora de mejorar el comportamiento energético de la vivienda, ya que el movimiento del aire caliente, que tiende a ascender, hace especialmente graves las pérdidas en la parte superior de la edificación. La solución propuesta consiste en garantizar su estanqueidad en el aire y colocar 20 cm de aislamiento.
- Techo de la planta semisótano: La planta semisótano no es habitable, y además su carácter semisótano la convierte en un espacio frío y húmedo. Por otro lado, el techo que separa esta planta del espacio habitable consiste en tablones de madera colocados directamente sobre la estructura de vigas de madera existente. Las infiltraciones de aire a través del pavimento desde este espacio con peores condiciones térmicas y de calidad de aire empeoran aún más el comportamiento energético de la vivienda. Por eso es primordial por un lado aislar y por el otro asegurar la estanqueidad en este techo, que separa la zona calefactable de un espacio no habitable. La solución propuesta consiste en garantizar su estanqueidad en el aire y colocar 20 cm de aislamiento.
- Sustitución de carpinterías. Se actuará tanto en las puertas en contacto con el exterior o espacios no habitables, como con las ventanas.
- Realización de nuevas aperturas. Las antiguas viviendas constan de pocas aberturas y de pequeñas dimensiones, ya que antiguamente se priorizaba que no se escapara el calor. Actualmente, y debido a la tecnología mejorada de las carpinterías y los cristales, podemos plantearnos aumentar estas aperturas para garantizar una buena iluminación en las estancias, a la vez que mejoramos la captación solar del edificio y la calidad del aire interior, al favorecer la ventilación natural. Es por ello que se incorpora una apertura a cubierta, y otra simétrica a la existente situada en el bajo cubierta.
Con esta rehabilitación energética conseguimos mejorar tanto el confort térmico como el gasto de las usuarias del edificio, aumentando la calidad de vida de sus ocupantes.